Hoy condenaron a 11 campesinos y campesinas a cárcel por
luchar por un pedazo de tierra para sus familias, pedazo de tierra que fue
robado al país y al estado por poderes facticos como los Riquelme.
Durante todos estos años veníamos diciendo que la Masacre de
Curuguaty fue un montaje para un golpe de Estado Parlamentario contra un
Gobierno Democráticamente electo, con el solo fin de dejar a Horacio Cartes
ocupar las instituciones del estado. Hoy nos reafirmamos en eso. La sentencia contra
los campesinos es la es la afirmación de que no ponderan que la gente pobre,
humilde, luchadora mantenga su dignidad.
En frente al palacio de Injusticia al momento de leerse los
resultados los familiares, por sobre todo estas humildes madres del campo, estallaron
en llantos y dolor, no era posible verlas así, la rabia se apodero de quienes
manteníamos cierta esperanza de que podría ser diferente. No cabía en esa plaza
tanto dolor, tanto llanto, tanta rabía. Todos y todos, con los ojos rojos y
lágrimas cayendo gritábamos que no era posible, que no se puede permitir tanta injusticia.
Lo cierto es que el pueblo organizado del Paraguay ha pasado
diferentes momentos difíciles y cruciales en su historia democrática, el Marzo
Paraguayo en el 99, la lucha contra las privatizaciones en el 2002, el Golpe de
Estado parlamentario en el 2012 y una semana antes de eso ese negro 15 de junio
del mismo año se producía la Masacre de Curuguaty y los poderosos brindaban
porque sus representantes tomaban el poder.
Todo eso con dolor, llanto y rabia. Aun así sabemos que el
único camino en la Organización, La unidad y la Lucha. Debemos recuperar este
país secuestrado por el narcopoder. La solidaridad con los familiares y entre las organizaciones sociales y políticas será clave para revertir estos pasos hacía que vamos dando en la historia de nuestro débil sistema democrático.
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