martes, 17 de julio de 2018

Inauguración de la sede de Trabajo Social UNA, un paso importante


En este año se concreta la inauguración del edificio construido para Trabajo Social – UNA como sede propia. Es un paso importante para la carrera, de verdad lo es, pero no por el edificio en sí mismo, para comprender es necesario mirar el camino andado y lo que ello representa. Sin conocer toda la historia, quiero aportar desde la experiencia como estudiante, en dos etapas importantísimas, la estadía en la Facultad de Filosofía y su posterior desanexión.

Cuando ingresamos allá en el 2009 todo en trabajo Social era complejo, nosotros ingresamos 54 ese año y estábamos muy entusiasmados. La idea de la universidad era nueva. En mi caso también venía de la experiencia de la organización de los niños trabajadores por lo que enseguida me intereso el aspecto organizativo del estudiantado en la Carrera. Y en eso era más complejo aún, pues por ejemplo existía dos centros de estudiantes, una respondía a las autoridades de la facultad de filosofía, y el otro estaría feneciendo.

Recuerdo que desde el Consejo de Filosofía cambiaban nuestras Malla curicular a gusto y antojo, utilizaban los rubros docentes para otras carreras, buenos docentes se retiraban de la por manoseo a su trabajo, nos regíamos con las “reglas” de la facultad de filosofía. El plantel docente hacía años que ganaba el mismo salario y a los estudiantes nos obligaban a pagar igual a las carreras de Periodismo, psicología y demás por las matrículas y exámenes finales, cuando se debía tener de eso de forma diferenciada. Sin embargo, la esencia de nuestra incomodidad en seguir en la Facultad de Filosofía radicaba en que como carrera necesitábamos crecer, desarrollar y profundizar nuestra profesión, y allí en definitiva no se podía. Además, también soñábamos con un edificio propio, administrado por una instancia paritaria entre docentes, estudiantes, egresados y trabajadores de la carrera, soñábamos con poder hacer campamentos, pintatas, paneles y demás actos por las cuales no seamos perseguidos por las propias autoridades de nuestra universidad. Actividades que nos permitiera vincularnos a las organizaciones sociales de nuestro pueblo, nosotros decíamos que la Universidad es del Pueblo, pues con los impuestos de la gente trabajadora se pagaba todo lo que allí se podía ver. Queríamos aprender para salir a servir al pueblo. Por esas, y otras razones fue que iniciamos la lucha por la desanexión.

Nuestra lucha duró años en la Facultad de Filosofia, nos ganamos la enemistad de muchos docentes, estudiantes y autoridades, y por otro lado la simpatía la admiración de algunos, y sobre todo nuestra carrera, y en particular el estudiantado, era mirado por la gente de afuera como ejemplo de lucha y nos acompañaban en esos sueños de una universidad para el pueblo, organizaciones campesinas, indígenas, sociales, de la diversidad sexual, niñas y niños nos expresaron su apoyo y en muchos casos fueron a nuestros actos a solidarizarse.

Un pleno 23 de diciembre fuimos hasta el rectorado, y creo que allí se consiguió nuestra Desanexión, nos lo ganamos. La Decana de la Facultad de Filosofía se hartó de nosotros, si se hartó de marchas, paneles, campamentos, pintatas de murales, de fiestas de la diversidad y le dijo al Rector de ese momento que nos deje ir. Desde allí empezó la desesperación de donde nos vamos ahora, donde iniciaríamos las clases el año siguiente que iniciaba meses después.

La mano solidaria del ISEFH nos recibió y allí estuvimos por unos años, hasta hace poco. Teníamos poco espacio pero nuestra primera conquista fue ensayar una instancia en la que todos estemos representados, el Consejo de Carrera, con bajos y altos eso se instaló. También se recuperó el Centro de Estudiantes de Trabajo Social, con fricciones y contradicciones, pero se logró reinstalar ese espacio del estudiantado. Con todas las diferencias y dificultades, nuestro punto de encuentro entre docentes, estudiantes de distintas tendencias sociales, políticas e ideológicas, siempre fue nuestra idea de acercarnos a la gente del pueblo, a los sindicatos, a las organizaciones sociales, organizaciones de sectores como lo de los bañados, y otros. Así se retomaron los centros de prácticas con organizaciones sociales. Acompañamos en el 2014 la Huelga General de los trabajadores del país que se realizaba después de 54 años, participábamos de las olimpiadas estudiantiles de la UNA con Carteles “No más seccionales en las facultades” y muchas otras actividades en el cual la orientación en la vinculación al pueblo, y la de asumirse, entre docentes y estudiantes, como parte del pueblo.

Por tanto, la inauguración de la casa de estudios ahora en el campus de la UNA, es un paso. Pero será el paso más importante de la historia de la carrera si con ella se logra que en ese edificio puedan ir permanentemente organizaciones sociales a realizar sus seminarios, foros, congresos, si esta inauguración sirve para acercar al estudiantado a estos sectores y orientar a la carrera hacía ese horizonte.


Fran Estigarribia

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